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¿Qué es el shareting?

El “sharenting” es un concepto actual que hace referencia al uso de las redes sociales para compartir imágenes de nuestros hijos. Es una costumbre muy extendida, pero que conlleva riesgos para los menores, sobre todo si no se hace de manera consciente y controlada.

¿Cuáles son los riesgos del “sharenting”?

Al compartir imágenes e información de los menores creamos una huella digital y les quitamos la privacidad que les pertenece. Hay que recordar que los menores tienen derecho al honor, a la intimidad familiar y personal y a la propia imagen.

Ciberbullying

Con el sharenting, podemos llegar a favorecer el acoso en redes de manera inconsciente. Además, también podemos estar facilitando información acerca de nuestros hijos e hijas que puede afectar a su reputación, perjudicándole en el colegio o en su entorno social.

Fraude

También los niños y niñas pueden ser objetos de fraude por los datos que hay de ellos en Internet. El Wall Street Journal publicó un caso de usurpación de identidad de un bebé.

“Me gustaría dar la bienvenida al mundo a mi hijo. Mamá y el tío Maddox te quieren mucho, Artie“, recogía un foto de un bebé que dormía tranquilamente publicada en una red social. Pero resultó que Artie (Arthur) no era Artie. Era una niña cuya madre, una mujer de Canadá, había colgado su foto en un perfil público de Instagram tras dar a luz.

Fue ella la que, tras ser alertada de que su hija circulaba por internet, alertó a Facebook de lo que sucedía. La compañía cerró el perfil de la mujer que había robado la identidad de la bebé.

Grooming y pedofilia

El “sharenting” también puede dar pie al “grooming” o a la pedofilia. Lo primero hace referencia al acoso online por parte de adultos a menores. Los primeros se ganan la confianza de niños, niñas y adolescentes y los acaban obligando a intercambiar imágenes sexuales o incluso llegar al abuso sexual.

Los pedófilos, por su parte, aprovechan cualquier recoveco para lograr fotografías e información de niños. Y las redes sociales son terreno abonado para ello si no ponemos límites y enseñamos a nuestros hijos a ser prudentes.

Las fotos y vídeos que compartimos en internet pueden llegar a pedófilos, lo que aumenta la vulnerabilidad de los menores.

Tal vez, deberíamos tomarnos unos minutos de reflexión antes de compartir fotos, vídeos o imágenes de nuestros hijos. Ponernos en su lugar también pueden ayudarnos a empatizar con ellos.

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