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¿Qué sucede con nuestra mascota si me divorcio?

Todos sabemos la importancia que tiene una mascota, es uno más en la familia. Ahora bien, cuando llega el momento en el que una pareja o matrimonio decide poner punto y final a su relación, ¿qué sucede con nuestra mascota?, ¿Con quién se queda?, ¿Es posible una custodia compartida?

Hoy te traemos las respuestas a todas estas preguntas:

Hasta hace poco el propietario de la mascota era quien tenía por completo su custodia en caso de separación o divorcio. Esta condición se cumplía siempre y cuando la mascota hubiese entrado a formar parte de la familia durante el matrimonio.

El 5 de enero de 2023 entró en vigor una reforma del Código Civil que considera a las mascotas como ‘seres sintientes’, teniendo en cuenta la Ley de Bienestar Animal. Esto significa que las mascotas dejan de ser consideradas ‘cosas’ y se desarrolla un régimen jurídico de los animales: no son un bien que pueda ser embargado, hipotecado, maltratado o apartado de uno de los dueños en caso de divorcio y separación.

Por ello, en caso de separación o divorcio debe fijarse un régimen de custodia para nuestras mascotas.

En el momento en que una pareja decide poner fin a su relación, lo más aconsejable es que se llegue a un acuerdo sobre el cuidado de su mascota. Estos acuerdos se plasman en un documento denominado Convenio Regulador y se puede establecer lo siguiente:

-Distribución del tiempo.
-Custodia compartida.
-Gastos originados por su cuidado.

¿Qué ocurre si no nos ponemos de acuerdo en el cuidado de nuestra mascota?

A falta de acuerdo entre las partes sobre el cuidado de nuestra mascota, será el juez quien decida finalmente con quién se queda. Para ello, el juez tendrá en cuenta el bienestar de la mascota, pudiendo fijar una custodia compartida o un régimen de visitas. También se fijarán las cargas asociadas al cuidado del animal, atendiendo al interés de los miembros de la familia y al bienestar de la mascota independientemente de quién tiene la titularidad del animal y a quién le haya sido confiado su cargo.

La perspectiva económica anterior a la reforma se deja a un lado para primar el punto de vista ético y moral. Las mascotas se consideran miembros de la familia y, como sucede con los hijos menores, se establece un régimen jurídico para regular la relación con el animal a partir de la ruptura.

Si te encuentras ante una situación de divorcio, separación y además necesitas ayuda con el tema de la custodia de tu mascota.

Llámanos.

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