Las personas con discapacidad son aquellas que presentan alguna disminución de su capacidad física, mental, intelectual o sensorial que se prevea como permanentes. La discapacidad, además, también implica barreras de participación en la sociedad, desde la perspectiva de la plena igualdad de condiciones.
En cuanto al grado de discapacidad, se expresa en forma de porcentaje. Para que un ciudadano sea considerado una persona con discapacidad, es obligatorio que haya obtenido un certificado de discapacidad del 33% o más.
No obstante, es importante destacar que la discapacidad no afecta necesariamente a la capacidad laboral. Por esta razón, las pensiones de incapacidad permanente están diseñadas para aquellas personas que no pueden trabajar debido a las secuelas de enfermedades o lesiones, independientemente de si tienen un grado de discapacidad reconocido.
Es muy relevante, además, que con una discapacidad solo se puede acceder a una pensión si el porcentaje es igual o superior al 65%, y deben cumplirse ciertos requisitos específicos. En cambio, la incapacidad siempre conlleva una pensión o indemnización, dependiendo de las circunstancias particulares y de la normativa aplicada.
Obtener un certificado de discapacidad en España implica un proceso de calificación basado en una serie de criterios técnicos, que se definen a través de baremos. En este proceso, se evalúan las deficiencias, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación que pueda experimentar la persona. Además, se tienen en cuenta factores contextuales y barreras ambientales que puedan influir en su vida cotidiana. El procedimiento para obtener el reconocimiento del grado de discapacidad se realiza en los servicios sociales de las comunidades autónomas, no lo realiza la Seguridad Social.
Pasos para obtener certificado de discapacidad
- Evaluación multidisciplinaria: Tras la solicitud mediante un modelo oficial y un posterior estudio de las deficiencias, se realiza un dictamen médico a cargo de equipos competentes de la comunidad autónoma donde resida la persona.
- Facilidades en la visita: La evaluación de la discapacidad debe llevarse a cabo en condiciones de accesibilidad universal, y con los ajustes necesarios que permitan a los solicitantes interactuar con el equipo multidisciplinar que va a calificar su grado de discapacidad. Además, se puede acudir al examen médico acompañado de personas de confianza. Incluso, si no es viable una visita presencial, la valoración puede realizarse de manera telemática.
- Resolución y notificación: Una vez que se emite el dictamen-propuesta, la Administración resuelve si hay o no una situación de discapacidad. En caso afirmativo, se informa sobre el porcentaje, según la puntuación obtenida en los baremos. Y si existe movilidad reducida. La notificación llega al interesado en un plazo máximo de seis meses a partir de la fecha de solicitud según la ley, aunque en la mayoría de ocasiones se retrasa. No obstante, en situaciones especiales, como violencia de género o poca esperanza de vida, el procedimiento puede ser tramitado de manera urgente, acortándose el plazo hasta tres meses.
- Duración: Además te comunicarán si tu discapacidad tiene carácter definitivo o provisional.
- Tarjeta acreditativa: La Administración emite una tarjeta que acredita el grado de discapacidad de la persona. Esta tarjeta es indispensable para acceder a los derechos y beneficios que se ofrecen a las personas con discapacidad.